jueves, 8 de noviembre de 2012

#soyPeriodista


#soyPeriodista

Sin periodistas no hay periodismo
Sin periodismo no hay democracia

Los periodistas y el periodismo vivimos el peor momento de nuestra historia. Porcentualmente, el periodismo es la profesión que tiene más parados en España.

Todos los medios de comunicación de Andalucía sin excepción, ya sean privados o públicos, han aplicado despidos, expedientes de regulación de empleo (ERE), recortes salariales, sueldos humillantes o contratos basura, e, incluso, ofertan trabajar gratis o pagar por trabajar. Miles de periodistas –la mayoría, expertos periodistas- han perdido su empleo y otros miles sufren unas condiciones de extrema precariedad. Esta situación afecta a profesionales de todos los sectores del periodismo (prensa, radio, televisión, Internet, empresas de comunicación, gabinetes, productoras, autónomos…) y trunca las expectativas de los miles de futuros periodistas que hoy estudian en las facultades de Comunicación.

Es cierto que la publicidad, las ventas y la difusión han descendido de manera muy importante, pero también que los empresarios aprovechan la crisis económica para desprenderse de profesionales con un único objetivo: el liberalismo más salvaje, sin tener en cuenta criterios profesionales. Cada vez más, los medios de comunicación están en manos de grupos empresariales que nada tienen que ver con el periodismo. Solo les importa el negocio, el dinero o sus idearios, y no el proyecto periodístico. Y en el caso de los medios públicos, parte de los poderes políticos están empeñados en desmantelarlos o privatizarlos. En los medios de comunicación debe primar el criterio periodístico, no el mercantil y el político.

El intolerable comportamiento de unos y otros ha traído una alarmante caída de la calidad de la información y de la ética periodística, que nos ha llevado a perder la credibilidad ante la ciudadanía que, con razón, recela y cuestiona el periodismo que hacemos. Nosotros también lo cuestionamos. A ello se suma el supuesto periodismo que algunos practican en medios de masas y en soportes digitales, que es un fraude. La verdad, la honestidad y el rigor en nuestro trabajo son principios irrenunciables que tenemos que cumplir y que la sociedad tiene que exigir a periodistas y editores.

Ante esta situación, los periodistas no nos quedamos en el conformismo ni en el lamento: nos rebelamos. Trabajamos para evitar el exterminio del periodismo, para reinventar y construir el presente y el futuro de nuestra profesión, para encontrar y poner en marcha modelos novedosos y viables, para hacer un periodismo que ofrezca la información veraz a la que tienen derecho los ciudadanos, para recuperar la confianza de la ciudadanía en un periodismo libre y honesto y para hacerle entender a la sociedad que “sin periodistas no hay periodismo” y que “sin periodismo no hay democracia”. Una prensa libre, digna y de calidad es cosa de todos, de los periodistas y de los ciudadanos.




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